miércoles, 7 de mayo de 2008

Ensayo 3

Un dormitorio ahora, un picadero hace un rato, una enorme cama baja, con generoso cabezal acolchado en el centro de una habitación, un día salón de este piso antiguo, un día de buena familia y que comparten hoy, mi amante y sus amigas. Un salón donde tiempo ha corrían las niñas y hoy en día se corren otras cosas tres amigas que comparten piso. Curiosa historia la del piso pero no es la que me ocupa. Se rebulle contra mi pecho una carita pecosa envuelta en el mejor sueno. Duerme rendida, satisfecha, saciada. Giro la cabeza, el maldito artefacto japonés me devuelve a la realidad de las cinco de la mañana, no hace una hora que nos abandonamos al sueno. Ese sueno satisfecho que me produce, nos produce a todos los varones y que tanto irrita a las mujeres, sobre todo cuando no están satisfechas ellas también..

Es un pensamiento machista y además no es cierto, se me duerme el brazo pero no me muevo, no quiero mirarla, no quiero despertarla. Es tan bella, jamás he tenido amante igual, quizás si mas hermosa, pero no mejor amante, como cambian los conceptos con los anos. Al filo de los cuarenta y me vuelvo mas exigente con las mujeres. Ella duerme, mueve un poco el brazo, su mano se posa involuntariamente sobre mi sexo encogido que apenas reacciona, de joven...

2 comentarios:

  1. cambian los conceptos con los años porque sabemos que no es mejor "andar por andar, hay que intentar caminar creciendo"....y entonces elegimos

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  2. Cuando no estamos satisfechas nos puede irritar casi cualquier cosa, solo las que hacen odios sordos a si mismas siguen estando irritadas. (Hablamos de amantes, claro)

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