Una fotografía es capaz de congelar el presente y desdeñar el futuro

Y no debería ser problema mío y no lo es. Pero eso no quiere decir que sea indiferente, los casos tristes existen, la pobreza extrema, la miseria, la injusticia. La enfermedad que en el primer mundo es banal, una pequeña molestia pagada con un par de días de baja, aquí es una amenaza seria cuando menos un sufrimiento importante.

Para todo esto uno viene con su coraza, el life-jacket del corazón, los años de oficio, la experiencia y la preparación ayudan y aunque siempre que te acercas a una de estas realidades pagas un precio como persona mi propia forma de ser, algo seca y distante, juega a mi favor.

La cosa cambia cuando dejas tu función y sacas a pasear el ser humano que llevas debajo de la camiseta y este hace lo que le sale de adentro y mira con los ojos del corazón. Veo lo que mas me duele, desesperanza, que yo la veo, pero que ella (mejor para ella) no es capaz siquiera de percibir.

Vive en una aldea en las montañas, dejó la escuela hace unos años, como es chica no trabaja fuera de casa, no ayuda a su padre con las cabras porque ya es mujer (fértil) y se le van los ojos y la sonrisa detrás las visitas. Vive en una casa con dos habitaciones, salas-dormitorio que de día son para todo y de noche se pueblan de colchones para dormir, con toda su familia.

Aquí diríamos que no tiene oficio ni beneficio, su futuro es que su padre la case con otro gañan analfabeto como el, con suerte solo le sacará veinte años y será la primera o la segunda mujer en la casa y solo criará ocho o diez hijos descalzos en medio de la lluvia, con suerte ninguno pisará una mina como su hermano.

Se que dentro de unos años tendrá el aspecto de su madre, que tiene 39 años y parece mi abuela.

Yo prefiero recordarla así, cuando todavía cree que tiene futuro, yo no puedo hacer nada por cambiarlo, solo congelarle un instante del presente.