domingo, 31 de enero de 2010

De bichos con patas, alcohol, mujeres y agentes de la autoridad...


(Batallita autobiográfica reflejo de hechos acaecidos en el poniente peninsular allá por el mes de noviembre, escrito la noche de autos, en la fria madrugada extremeña)

Curioso título para una cenita de compañeros, como si una cena de compañeros tuviera algo que contar pienso, claro, en realidad nada significativo.

Cruzamos al país vecino a un lugar conocido por lo bueno y barato de sus frutos del mar. Los bichos con patas, excelentes, los comentarios femeninos, no tienen precio.

Comenzando por "nunca me he comido una almeja tan jugosa, asi da gusto.."(sic), siguiendo por aquello de "esto es muy pequeño, yo no me he enterado, me gustan mas grandes..", hasta el clásico de "a mi lo que me gusta es chupar la cabeza...", solo pongo los mas comedidos, soy de natural moderado. Creo basta con un botón para hacerse una idea del ambiente, cachondillo e reidor, lúdico erótico y etílico que se respiraba.

Con todo esto la cena transcurría, ya se sabe, vinos, risas, cachondeo, femenilmente liderado pues la mayor parte de los varones, con alguna honrosa excepción a parte de quien escribe, estaban mas bien retraídos, por decirlo de manera elegante.

Cenaban a nuestro lado una pareja, a la que no hicimos mucho caso, mozo recio el, leona rubia ella, indígenas del lugar, moderados de tono y libaciones que abandonó el lugar al comenzar nosotros los postres.

Cuando salimos caía una sueve llovizna, de hecho esta nos había acompañado toda la velada pero no lo habiamos notado, refugiado bajo la marquesina del lugar, aparentemente chateando por el móvil vimos un agente de las fuerzas de seguridad locales. Salto la alarma, el sitio este es famoso, seguro que el agente está avisando de que salimos y habrá control de alcoholemia en el siguiente cruce. El personal se estaba desinflando un poco.

Como no podía ser de otra manera, la hembra Alfa del grupo, colocándose la delantera y agitando la melena suelta un: "si nos paran dejadmelo a mi, que seguro que no me multan...". Así que entre risas y acongojes varios, abadonamos el lugar e iniciamos plácidamente el regreso, sin novedad, hasta el siguiente cruce.

Cruce decorado con el vehículo uniformado y el caballero del lado oscuro que nos da el alto con el sable laser, mientras detengo el halcón milenario se paran las risas, una calma tensa se apodera del vehículo, busco mi cartera, levanto la vista, bajo la ventanilla y cruzo miradas con el agente de la autoridad que saluda educadamente, giro la cabeza hacia la hembra Alfa del grupo, que se encoge al mismo ritmo que se pone colorada.

Compongo una media sonrisa nerviosa, soy un chico timido, me suelto el cinturón y requiero la documentación de la nave mientras me apeo. El agente de la autoridad, en este caso, tiene la voz ligeramente ronca, la mirada azul y la forma de una leona rubia indígena, las armas de mujer de mi compañera se han quedado en su funda. En el interior de la nave se oía hasta el tic -tac del reloj digital mientras yo mantenía unos minutos de charla, al principo formal, tensa, luego relajada incluso cordial con la uniformada.

Afortunadamente uno, en su modestia, también tiene sus recursos y sabe usar sus armas, (¿de hombre?) así que al final seguimos camino, sin soplido pero con resoplidos, carcajadas y los puntos y la cartera intacta.
He dicho.



PS. Me faltó pedirle el numero de teléfono, pero mi proverbial prudencia y el hecho de que como conducía había bebido muy poco, me aconsejaron mejor "no meneallo"

17 comentarios:

  1. :)
    Gracioso relato.
    Yo hace tiempo que dejé de tentar a mi suerte "armera".
    Si salgo salgo, y si bebo, bebo.
    Así que... me dejo el vehículo en casa.

    Claro que he perdido el "morbo" de ver cómo resultaría la negociación de marras.

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  2. La lástima es que te paren y estés más sereno que otra cosa..Porque de esas cenas suelen salir muchas historias para contar si te para la Guardia Civil..

    Yo tengo algunas...A lo mejor un día me animo y las cuento.

    Un besete guapo!

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  3. Yo le hubiese pedido el teléfono sin dudarlo, pero es que una es muy aficionada a desafiar a la "autoridad". Aunque eso sí, si bebo, no conduzco, así que prefiero beber y no conducir.

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  4. a mi me para el mismo rubio todos los jueves en la misma rotonda, tengo coleccion de pitorros.... hace poco me paro y me pregunto, despues de presentarse muy correcto:

    manga verde:Señora ha soplado usted alguna vez?
    yo: si, con usted el ultimo jueves.
    manga verde: pues esta noche no soplara mas, buenas noches.
    yo: gracias señor agente.

    pd:me da ternurita ese nene, tendra veinte y pocas, rubio como la cerveza y poquita cosa..... lo miraba y pensaba en su madre, deben ser mi suprahormonacion.

    besos

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  5. Se me ha borrado la mitad del mensaje...

    Pero vamos, en definitiva sólo pedía detalles de tus armas; curiosidad femenina...

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  6. Fiebre, la negociación tiene sus tecnicas pero en realidad solo hubo suerte, ya te dije que soy un hombre afortunado.

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  7. Cactus, si hubiera ido bebido, aparte de ser una imprudencia, la historia hubiera dado para mas, pero hubiera sido menos festiva.
    Mejor así, las copas vinieron luego, de a pie.
    Un beso

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  8. Sabi elección Daeddalus, la verdad es que yo ultimamente conduzco mcuho y bebo poco.
    Pedirle el telefono hubiera sido forzar la jugada, que me lo pidiera ella hubiera requerido mas tiempo y la moza estaba trabajando.

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  9. Mamen, ten cuidado con las hormonas y los chicos de verde jejej y cambia de recorrido, no es bueno tentar a la suerte.

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  10. Merce, los detalles de mis armas son secreto del sumario de algunas y del mio propio...

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  11. Armas de hombre, interesante... yo tube mi primer soplido este sábado... que ya tocaba!

    Sigo pensando en lo de las armas...

    Bsss

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  12. Cris, las primeras veces siempre son emocionantes jeje

    Que chica tan guerrera pensando en las armas jejeje

    Un beso

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  13. Buenísimo, ¡¡¡como si te estuviese viendo!!! (qué malo es conocerse jejejeje)

    De los soplidos, no comment.

    Besotes a cascoporro.

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  14. Siempre que te enfrentas a la autoridad, además de la diplomacia y entender cuál es tu posición real, saber que es influenciable por la actitud del que debe obediencia es determinante, pero dominar el arte de los sentidos para cautivar al sexo contrario es una defensa, de la que ninguna autoridad está a salvo.

    Y siempre ayuda saber elegir entre el placer del minuto de victoria o el que provoca displacer a largo plazo.

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  15. Gusanito, si me hubieras visto te hubieras partido de risa, seguro.

    Gusto verte por aquí.
    Un beso

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  16. Gaia, dominar el arte de los sentidos para cautivar al sexo contrari, no es una defensa, es una verdadera fortuna jeje, a ver si me lo enseñas.

    Un beso.

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Comentarios...