- Es un tópico, pero no por ello menos cierto, que es “rara avis” la mujer que sabe, de verdad porque lo ha hecho, cambiar una rueda del coche. (punto machista ¿que pasa?)
- Pues bien, yo he tenido la suerte de conocer a una de estos singulares especímenes.
- Conducía en mi empresa un camión pesado todo terreno, con remolque y a veces con mercancías peligrosas como la que se pinta las uñas, sin darse un pijo importancia. El material que se manejaba no es para débiles, un pinchazo, cambiar una rueda, era una ingrata experiencia de una hora para cuatro mocetones recios, de esos del mundo de la grúa, para que se hagan una idea.
- Una siesta de junio en una carretera perdida en un mar de olivos pinchó su vehículo, en la cabina 170 cms de rubia y un chaval nuevo de acompañante. Acudo al problema remangandome y maldiciendo para mis adentros mi mala suerte, la ley de igualdad y a la madre que pario a la ministra, cuando la veo en camiseta (toda una visión, músculos de gimnasio, curvas donde deben, tatuajes y tetas muy bien operadas..) sacar las herramientas y meterse debajo del camión. Me acerco y desde el suelo, mirándome a los ojos con sonrisa pícara me suelta:
- -”Sin pegas jefe, media hora”.
- Joder! Siento no haber llevado mi maquinilla de afotar para dar cobertura gráfica al evento. En media hora, auxiliada por su colega, el camión en marcha, menos mal que no ayudé, yo hubiera tardado mas.
- Unos días mas tarde, volvía yo a casa un viernes, rodaba tranquilo por la autovía con sabina a todo trapo cuando veo a lo lejos, en el arcén. un toledo rojo, ligeramente tuneado y una melena rubia con una chica muy bien tuneada.
- Me acerco despacio y me detengo a su lado, ya hay dos galantes caballeretes empeñados en cambiar la rueda pinchada.
- Bajo la ventanilla y mirando a los ojos melados de mi compañera, que se rie por lo bajini, le digo:
- “Pero mujer...” y ella, con esa sonrisa pícara y esa voz ligeramente ronca, como de resaca perpetua me suelta su:
- “sin pegas jefe”-ya famoso-”ya ve lo que hacen algunos por conseguir mi móvil, váyase tranquilo..”
- Me fuí tranquilo, puse mis caballos de vapor a galopar, mientras en el espejo su imagen se alejaba yo iba pensando que por conseguir su número de móvil cualquier hombre cambiaría gustoso las ruedas de toda la producción de Renault Vehículos Industriales del ultimo año.
-
- Comentamos la anécdota el día que se despidió, lo tenía muy claro:
- -”Currando soy una mas jefe, pero en la calle, soy una chica...”
- - “ Lo había notado, si.....”
- Ya no está en la empresa, hace un par de años que no la veo, ahora viste de verde y pilota una heineken por la estepa castellana.
-
sábado, 20 de febrero de 2010
GUERRERAS DE LA CARRETERA
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Pues yo, si pincho en la carretera (y no me avergüenza decirlo), tengo que llamar a la Guardia Civil y a toda la sección de los GEOS que haya disponible en ese momento...
ResponderEliminarY sabes lo que más me molesta? QUe seguro que si me pongo lo hago (otras cosas más difíciles me salen de maravilla). Pero cambiar una rueda es uno de esos obstáculos que me he impuesto a mí misma y que me hacen depender de alguien en algún momento. Y me jode, la verdad.
Un besete
:)
ResponderEliminarSi digo algo iba a quedar fatal juas.
Cactus, el pinchazo es una circunstancia en la que las armas de mujer se la juegan....
ResponderEliminarY por si acaso siempre nos quedará París, el seguro y la benemérita.
Un beso
Fiebre: "QUE LO DIGA, QUE LO DIGA...."
ResponderEliminarEste no es un blog paa cobardes, forastera....
Je je je Muy bien contado. Me alegro haber encontrado el camino hasta aquí. Por si sirve de algo, te diré que yo sí sé cambiar una rueda, pero vengo a tardar, aproximadamente, entre cuatro y cinco horas... y esto utilizando el gato, que sin utilizarlo tardo casi el doble.
ResponderEliminarEs tanto una gozada disfrutar de la capacidad de hacer algo sin ayuda, como la de dejar que te ayuden por puro placer, sin necesitarlo. En ningún caso dejas de ser mujer ni de ser poderoso tu cuerpo.
ResponderEliminarLa igualdad (y no sé por qué eso de machista) solo existe en la mente perversa de los manipuladores, en este mundo no hay “igual” ni las sombras.
Un beso.
Bienvenido Miguel, me alegro que te guste.
ResponderEliminarSi gaia, saber administrar las capacidades es de sabias, para que luego digan de las rubias.
ResponderEliminarLo de machista...es que ya sabes que hay mucha manipuladora perversa suelta y canear feministas es un deporte como otro cualquiera.
Beso.