lunes, 3 de mayo de 2010

Mayos


El otro día estuve de "mayos", me fui de casa por el pilar y vuelvo por los mayos. No hay nada profundo, solo me ha venido a la mente la forma de medir el tiempo con la que las mujeres mayores regalaban los oídos de mi infancia. Entonces me parecía algo extraño, pero normal, parte del paisaje, hoy los laicistas se rasgarían las vestiduras. Pero como yo he vuelto de territorios mas extremistas, esto ahora me parece algo pintoresco mas que otra cosa.

Me lo pasé bien, la rondalla de la peña cantando de iglesia en iglesia y yo haciéndole fotos a mi hijo mayor. Aunque en plena adolescencia, con esos pelos y la guitarra colgada a mi me evocaba mas a Bob Dylan que a un güertano de pro, pero será amor de padre, digo yo.

Eso si, cuando casi las tantas nos retirábamos de la ultima , guitarra al cuello, cara colorada y sonrisa incomoda, se me acerca en plan confidencia y ciando yo me esperaba la enésima tontería del aberroncho silvestre, me susurra al oído: "papá, la tía rubia esa te mira mucho.." repleto de orgullo y satisfacción pensé para mi: "ya estoy en casa" y al mismo tiempo: "quemayorestáeljodio".

Baideguei, la susodicha, a medio camino entre su edad y la mía, estaba para mucho mas que cantarle un mayo. ( y si que miraba).
He dicho.

8 comentarios:

  1. Coño, si miraba, pues miraba...Y ya está. Las edades "a medio camino" es que son mu malasssssss, te lo digo yo.

    Mua

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  2. No nos engañemos: y lo que mola que miren....

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  3. jajajaja Cactus, solo miraba nada mas, ¡snif! bueno, ella se lo pierde jeje
    Besote

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  4. Merce, mola casi tanto como mirar jeje

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  5. No hay nada como lucirse en casa
    jeje

    Besos

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  6. Hubo suerte no mas gaia, pero si que da gusto si.
    Un beso

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  7. Como atea convencida (ya no partidaria del laicismo, que también) me parece una soberana estupidez cuestionar este tipo de eventos que cada uno vive como le sale del moño:
    Con fé, sin ella, cantando, gruñendo por el tráfico, desde dentro, desde fuera "dándole al drinky"...

    Yo no dejo de verlos como una expresión de folklore popular y no me desagradan en absoluto.

    Y en cuanto a la rubia, supongo que se salvó precisamente por la presencia del aberroncho silvestre.
    ¡Qué Dios la coja confesada la próxima vez...que se te ve mú lanzao!

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  8. Fever, como atea convencida arderás en el infierno y te aberroncharás contra el rocaje vivo jeje.

    Las rubias en mi vida son solo una verdad estadística y tu bien sabes que no hay mayor mentira que eso jeje.

    Un beso.

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