domingo, 18 de marzo de 2012

Hay que ser proactivo.

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Hay que ser proactivo. Últimamente entre mis compañeros de la “champion league” esta es una de las frases de moda. Moda que roza en la obsesión y que como todas las modas conduce a una falta de criterio o a una unificación simplicista del mismo.

Desde el tranquilo refugio laboral en el que me instalé hace un tiempo observo con perspectiva crítica a mis antiguos compañeros. De los últimos cafés compartidos sé que la palabra moda es la proactividad. Lo malo es que como ejecutivos agresivos y estresados se lanzan a la moda, que viene de arriba, sin reflexionar.

Caen en la hiperactividad, la impulsividad y el asumir el riesgo sin reflexión, olvidando que la proactividad real parte siempre de principios y convicciones propias. Para que no se les pueda acusar de no ser proactivos trabajan intensamente hasta quemarse las pestañas o limarse las huellas dactilares. Incluso identifican proactividad con agresividad, dándole a este termino un valor positivo cuando en realidad esto es una manifestación de un entorno de suma negativa. El personal ha perdido un poco el norte.

La proactividad es una actitud vital que permite escoger una respuesta al entorno basada en nuestros propios valores o ideas, (para eso hay que tener valores e ideas claro) lo que lleva a la toma de iniciativa, a la influencia y, en último término, a la libertad. La proactividad es un hábito, se aprende, se cultiva. Se hace, no se nace.

Para mi es evidente que no tienen claro el concepto, pero aun teniéndolo no creo que ser siempre proactivo sea la mejor opción. Sin caer en la pasividad, que para mi no es mas que la técnica del avestruz, de negar la realidad, existen otras actitudes a tomar ante las incertidumbres del futuro.

Por razones varias mi actitud durante un tiempo ha sido reactiva, como un bombero (de los de verdad, no de los de calendario) iba apagando los fuegos que se me iban presentando, en cierto modo es una actitud conservadora. De hecho esto es algo inestable, las personas reactivas dependen en exceso del ambiente, si hace buen día están bien, si hace malo no, no tienen un verdadero control sobre su ánimo.

Últimamente soy consciente de los procesos de cambio y estoy atento a las tendencias emergentes para detectar nuevas amenazas y oportunidades. Intento obtener el mejor provecho de mi realidad circundante, con una actitud previsora. (Hombre prevenido vale por dos, como me decía mi padre) Un paso más allá de la reactividad.

El siguiente paso sería no conformarme con explotar las nuevas oportunidades sino tratar de crearlas. Para ello, tendría que cuestionar mi sistema de relaciones actual, (en el caso de que lo tenga claro) y trabajar para construir futuros no “deducibles” del entorno. Tendría que provocar los acontecimientos, no sólo adelantarme a ellos. La proactividad es en general la fuente de la innovación, de las grandes oportunidades, en el campo laboral y personal.

Sin embargo, si el entorno o la inercia en determinado tema me es favorable ¿por qué intentar cambiarlo en vez de beneficiarme? Si tengo la ventaja de una gran capacidad de reacción, ¿por qué no concentrar esfuerzos en sacar el máximo provecho de mi situación actual? Además, en situación de crisis, puede ser más prudente la reactividad, o la estrategia al menos más eficiente.

Lo ideal seria encontrar un punto dulce entre estas tres actitudes: reactividad, previsión y proactividad. Lo difícil será no equivocarme al decidir qué actitud ante el futuro conviene ante cada decisión y ante cada entorno.

 

Me lo pensaré con una Woll Damn, a ver si me inspiro.

9 comentarios:

  1. Interesante el tema; difícil las elecciones... Ponme otra copa.

    Volviendo al redil.

    Besos,
    Miss Ebony

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  2. Hola!

    Colgarnos cualquiera de esos carteles, para calificar nuestra actitud ante la vida, es un poco cruel... precisamente, porque dice demasiado (siempre feo) de nosotros. Pero es cierto.

    Y si difícil es cambiar nuestra forma de gestionarnos, cuánto más complejo es decidir -como tú apuntas- cuál es la más apropiada para cada momento.

    Me quedo por aquí... en el otro te veo muy bien acompañado. ;)

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  3. Entre el punto dulce y el dificil...está el equilibrio Baby. Ya me contarás (si procede, si quieres y si....)

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  4. Brother,

    Re- acciona, Pro- acciona, a- divina....

    Un camino diferente, yo, ahora, a veces lo tomo por vicio "paradójicamente", un camino diferente... la proactividad en este caso, implica un alto grado de seguridad en uno mismo, mas que nada porque nos aventuramos a lo desconocido... y muy probablemnte lo mas proactivo del mundo en muchos casos, sea no hacer nada... ni reaccionar.

    Abrazos, voy en santa sea la semana.

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  5. Continúo...

    No reaccionar a la publicidad, no reaccionar a los retos, no reaccionar al tinglado... capitalista... pararse para sentir cómo parar el caos actual político y económico.... me enrrollo, lo abstracto es lo que tiene que ... depende de para qué y a qué... se me ocurre... empezar por... la electricidad... lo más que se pueda.

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  6. Ebony acerca el vaso, vuelves al redil... ¿Te habías ido?

    Besos

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  7. BkindZanks bienvenida, hay una corriente clasificadora y taxonomizadora que se empeña en etiquetarnos la vida.

    Nunca nadie me dijo nada fuera fácil y vivir menos.

    Un beso

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  8. Danann, te cuento cuando quieras, el punto dulce es donde encontramos el equilibrio, lo adecuado a cada momento.

    Besos

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  9. Sister, la proactividad implica provocar situaciones y oportunidades y como toda actividad creativa tiene una dosis elevada de riesgo.
    La no acción también es una acción por omisión (joer y eso que estoy sereno.

    Ganas de veros a ti y a Alma.

    Besazos

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Comentarios...