Recuperada en parte la salud, la vuelta al trabajo ha sido salerosa, los de apoyo a la preparación quedaron tan encantados de la gamberrada los resultados del tribunal de mayo que han tenido a bien volver a seleccionarme para la convocatoria de este mes de octubre. Esto se ha traducido en siete días lectivos de vocal del tribunal, con horario ampliado, sin remuneración extra alguna y como tengo la suerte de que las pruebas se celebran en mi centro me ha tocado hacer de anfitrión y simultanear esta tarea con mis responsabilidades habituales, convaleciente encima.
No quiero que parezca una queja, la verdad es que es una tarea que me gusta, he coincidido con un equipo competente y motivado y eso es algo que hay que disfrutar aunque te cueste horas extra. Lo que mas me motiva, aunque es lo mas delicado, son las pruebas subjetivas y en especial la entrevista, en esta ocasión con la experiencia anterior (y un compañero esta vez muy competente) estoy mas que satisfecho del trabajo realizado. No ha habido grandes sorpresas, quien mas necesita acreditar su nivel de inglés para progresar en su carrera venía mejor preparado y eso se ha notado en los resultados.
Pero lo que me ha llevado a escribir esta entrada es que en esas entrevistas, destinadas a evaluar la competencia lingüística del examinando, el personal te cuenta su vida. Para romper el hielo se les pide que comiencen hablando de su familia, sus hobbies, su trabajo, lo que ellos quieran, con el objeto de que cojan confianza y calmen los nervios, después entramos en materia. Será por los nervios o porque no saben inventar en otro idioma al final te cuentan su vida y hay cosas curiosas. A lo largo de estos días me he cruzado con personas que te sorprenden, alguno con “Mix martial arts” de hobby, cuando le dije que me hablase del tema resulto ser un combate sin reglas (salvo no meter los dedos en los ojos) hasta el K.O. dentro de una jaula, si, le pregunté por eso de “hasta el KO”, ya en español, me respondió “si jefe, o te rindes o te siguen zurrando”.
También una muñequita rubia de veinticinco años, delicada, elegante, diríase que etérea, de esas chicas que caminan como si no pisaran el suelo y en las que todo es armonía y delicadeza en unas perfectas medidas de modelo, perfección que abarca desde las horquillas a los tacones pasando por un cutis envidiable (se nota que no me fijé apenas…), que cuando le pregunté por sus aficiones me dijo que practicaba boxeo. Con casco y protecciones supongo, le dije y me contestó que no, que solo el protector bucal. Esa carita de porcelana ¿como te la proteges? ”Con mis puños jefe” me dijo adoptando una impecable pose pugilística para ilustrarlo. Al final, cuando me interesé por el boxeo femenino en valencia resultó que ella entrenaba con hombres. (las chicas son guerreras, sin duda, las princesitas también).
Han sido muchas las historias oscuras que se han desvelado. Un chaval joven con dudas sobre su estado civil pues se enamoró perdidamente de una ucraniana que conoció por internet, ella en cambio, deslumbrada por los mil euros que el gana (ella ciento cincuenta en Kiev) pensó que hacia el negocio de su vida y que iba a vivir aquí como una reina mora, la cruda realidad del mileurista español devolvió a la moza a Ucrania y tiene al pobre pardillo deprimido, enamorado y dudando si intentar recuperarla pero con miedo (físico) de ir por allá. (No pregunté mas, no procedía, aunque el pobrecillo necesitaba hablar mas que yo un euromillón)
Todas estas historias y muchas mas que no cuento, me han hecho reflexionar (poco, que uno no da para mucho) sobre que cuando salimos de nuestra zona zona de comodidad y nos acercan un poco a alguno de nuestros límites, tiramos de lo que llevamos dentro, sea pertinente o no, metemos la mano en la maleta vital (esa en la que se va quedando lo vamos viviendo nos guste o no) y sacamos lo primero que encontramos. Yo también tengo la mía ¿tenéis vosotros la vuestra?
No estoy para alcohol, pero me traje del pueblo un pastel de sesos realmente espectacular.
Pues contar lo de la ucraniana es inglés tiene tela!
ResponderEliminarSpeedy, el inglés tarzanero da para mucho jeje. Apagué la grabadora y lo dejé hablr en español, lo necesitaba el chaval.
Eliminar¿¿¿Pastel de sesos??? Puajjjjj! Ni de lejos me pillas, mante.
ResponderEliminarHay veces en las que no puedo con la maleta ni poniéndole las ruedas de un trailer. Pero pa'lante. No hay otra.
Gusanito, hay que comer de todo y este pastel es buenérrimo, ya te pillaré y te lo comerás jeje.
EliminarPa`lante si señora, a por todas.
Besos
!!Hola,babilonio!!
ResponderEliminarRecogemos tantas cosas en el camino q llega un momento q la llenamos demasiado.Solo debemos acertar en sacar lo prescindible para aligerar el peso,pero es complicado,a veces.Muchísimos besitos,babilonio.
Lady_Celeste, si que recogemos demasiadas cosas en una especie de síndrome de Diogenes existencial, pero cuando nos llevan al límite solo sale lo que se ha quedado sin querer, lo de verdad nuestro.
EliminarBesos
Qué bonito post. Cuánta falta le hace a mucha gente hablar. Parece increíble que tirando un poquito del hilo puedan soltar tantos sentimientos. Y es que aunque estemos rodeados de gente, hay veces que tenemos cosas dentro que no nos atrevemos a contar mas que a un desconocido.
ResponderEliminarBesos
♥ Ana ♥, gracias, me alegro de que te guste. No se si es que el personal está mas solo de lo que parece y necesita hablar o que yo tengo cara de padre confesor o de psicólogo, pero me cuentan su vida y obras a la menor oportunidad.
ResponderEliminarBesos
El baúl de la Piquer se me quedaría pequeño si no hiciera limpieza de vez en cuando...
ResponderEliminarA mí los sesos me gustan vivos ;)
Pilar, no es lo que levas, es lo que queda cuando has vaciado...
ResponderEliminaren cuanto a los sesos, pásate un día por la plaza de las flores en Murcia, no digo mas...