martes, 1 de julio de 2025

MOMENTOS DIFÍCILES (I)

 

De vez en cuando hay tormenta, no se puede hacer nada, si acaso eso de “mantener la calma” y “que no cunda el pánico”, al final la tormenta se acaba, pasa (“…todo pasa y todo queda…” cada día canto peor). Cuando estemos rodeados de negatividad cual Errol  Flyn  en “murieron con las botas puestas” no se puede hacer nada, nada más que respirar y tirar de superpoder. La calma como superpoder (me repito, lo sé) es la capacidad de no sobrerreaccionar o tomarse las cosas demasiado personalmente.

No olvidar que hay mucho gilipollas mucha gente que cree que todo lo que pasa a su alrededor es un ataque directo a ellos o que tiene mucho que ver con ellos. Es una trampa. No hay que caer, las tormentas siempre han existido y probablemente siempre existirán. La gente reacciona como es y con lo que está pasando, pero cada uno es cada cual y anda por la vida con lo puesto.

No digo que ser un narcisista y no hacer caso de ninguna opinión externa sea buena idea pero sí que cantidades increíbles de dolor, decepción y tristeza en nuestras vidas provienen directamente de nuestra tendencia a tomar las cosas demasiado a pecho. En la mayoría de los casos, es mucho más productivo y saludable dejar de lado las buenas o malas opiniones que otros tienen de uno, y operar con la propia intuición y sabiduría como guía.

La clave vendría ser algo como:

Observar la respuesta propia, cuando algo estresante sucede en una situación social, ¿cuál es la respuesta? Hay quien pasa inmediatamente a la acción, pero muchas veces actuar de inmediato puede ser dañino. Otros se enojan o se sienten tristes, otros comienzan a sentir pena por sí mismos —quizás se sientan víctimas— y piensan: "¿Por qué no pueden comportarse mejor las personas?"

Respuestas irracionales como estas rara vez son saludables o útiles.

Si alguien hace algo con lo que no estamos de acuerdo, tendemos a interpretarlo como un ataque personal... ¿Nuestros hijos no limpian sus habitaciones? ¡Están desafiándonos a propósito! ¿Nuestra pareja no muestra afecto? ¡No deben importarles! ¿Nuestro jefe actúa de manera desconsiderada? ¡Debe odiarnos! ¿Alguien nos hiere? ¡Todos deben estar en nuestra contra! ¡El mundo me odia! Hay quien piensa  que la vida misma está en su contra. Pero la verdad es que casi nada en la vida es personal: las cosas suceden o no.

La gente tiene problemas emocionales con los que está lidiando, como puede, y eso a veces los hace desafiantes, groseros e insensibles. Están haciendo lo mejor que pueden, o ni siquiera son conscientes de sus problemas. En cualquier caso, se puede aprender a no interpretar sus comportamientos como ataques personales, y en su lugar, verlos como encuentros no personales (como un perro ladrando a la distancia, o una abeja zumbando) a los que se puede responder con una mentalidad tranquila, o no responder en absoluto.










Que empieza hacer un ligero calorcillo es algo a lo que si se debe reaccionar pero sin tomarselo como nada personal.

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