TRIBUNALES

Las mentes pensantes del departamento de apoyo a la preparación de esta mi empresa han tenido la osadía, insensatez rayana en la temeridad diría yo, de nombrarme para formar parte de un tribunal examinador de inglés. Aparte de un marroncete que ha requerido hacer unas horas extras a lo largo de esta semana, no remuneradas claro, ha supuesto una responsabilidad que ha sacado lo mejor de mi y que me ha revelado que me tomo las cosas mas en serio de que yo mismo creía.

Lo mas divertido han sido la entrevistas, al principio me daba apuro y pasaba un mal rato, pero poco a poco me he ido dando cuenta de que, en general, el personal venia un poco “a ver que pasa” y me he sentido mas cómodo. Si ellos no se toman en serio su carrera no lo iba a hacer yo por ellos.

Toda una semana soportando balbuceos incoherentes en una lengua extraña me tenían la neurona convenientemente castigada, hasta que el último día, viernes, cuando ya llevábamos, el equipo de la entrevista lo formamos dos examinadores, unos cuantos melones cateados examinados entrevistados se ha producido un suceso digno de ser relatado.

Había abandonado la sala el ultimo concurrente, mientras yo repasaba mis notas mi compañero hacia pasar al siguiente, oigo una voz femenina, levanto la vista y comprendo el extraño silencio de mi colega. No es que fuera una mujer guapa, no es que fuera una tía buena, era una de esas reales hembras por las que venderías a tu madre troceada para estofado y envasada al vacío, una presencia que destilaba esencia femenina de esa forma que te hace agradecer estar vivo y ser hombre (y hetero, que si fuera gay la odiaría porque encima iba divina de la muerte la jodia, hasta las uñas tenía bonitas). Con la garganta seca le indico que se siente, me giro buscando apoyo en mi compañero y encuentro una mirada perdida y la barbilla llena de babas, así que en un alarde de presencia de animo y profesionalidad comienzo con las instrucciones previas a la entrevista. No es humano el esfuerzo que hube de hacer para percatarme de que la jovenzuela de inglés sabía que era un idioma extranjero y poco más, pero solo con eso diez de cada nueve examinadores le hubieran dado suma cum laude y lo que hubiera pedido.

Cuando tras despedirse abandonaba la sala, regalándonos un paseo que ya quisieran las modelos de Womans Secret , se volvió y mirándome a los ojos dice:

- Lo siento, es que me he puesto muy nerviosa.

- Pues anda que yo- no puede evitar que se me escapara.

Una vez solos de nuevo, mi compañero recupera el habla:

- ¿La vamos a suspender jefe?

- Con todo el dolor de mi corazón-acierto a decir.

- Esta no es real- dice con voz ronca pero completamente en serio- esta es un gancho que nos han puesto los de apoyo a la preparación para ver si hacemos las cosas con imparcialidad y justicia en el tribunal.

- Pues imparcialidad puede-digo yo con evidente cabreo- pero justicia no hay, que si la hubiera y yo no fuera parte del tribunal esta no se me escapa viva como que me llamo Babilonio.

 

Blue Gin & Tonic, para ahogar frustraciones.