lunes, 12 de agosto de 2019

CALMA

La calma es un superpoder.

Esa capacidad de no exagerar o tomar las cosas personalmente mantiene tu mente clara y tu corazón en paz. Hay quien los tiene.

A veces el caos nos rodea por todas las partes.

Pero que el mundo que nos rodea esté desorganizado, no significa que nuestro mundo interior tenga que estarlo.

Debe de haber una manera de permanecer cuerdo en tiempos revueltos. Uno  puede deshacerse de toda la locura que han creado otros, el pasado y los eventos incontrolables.
Uno puede ser consciente de sus pensamientos.

Se trata de sentarse en silencio y presenciar los pensamientos que pasan a través de uno. Sólo presenciar al principio, no interferir y ni siquiera juzgar, porque al juzgar demasiado rápido se pierde el testimonio puro. En el momento en que te apresuras a decir, "esto es bueno" o "esto es malo", ya te has tirado de cabeza en el caos.

Se necesita un poco de tiempo para crear un intervalo entre el momento testimonio de pensamientos y su reacción a ellos. Una vez que has creado ese intervalo te llevas la sorpresa de que uno no es sus pensamientos, ni el caos que los influye. Uno es el testigo, uno observa que su superpoder está cambiando de opinión y subiendo por encima de la agitación.

Y este proceso de observación del pensamiento es la alquimia misma de la verdadera atención plena. Porque a medida que uno se centra cada vez más en el testimonio, los pensamientos caóticos comienzan a desaparecer. Está uno pensando, pero la mente está vacía de charlas sin sentido.

La foto no tiene mucho que ver, pero la cesta la hice yo y estoy orgulloso













































Ese es un momento de iluminación, un momento en el que uno se convierte, tal vez por primera vez, en un ser humano incondicional, cuerdo y verdaderamente libre.

Muévete a través de tu día conscientemente. Observa al menos una pequeña frustración insignificante por la que normalmente te frustrarías, luego hazte un favor y simplemente déjalo ir. Experimenta, de esta pequeña manera, la libertad de tener el control de tu forma de sentir. Y te das cuenta de que puedes extender este mismo nivel de control a cada situación que encuentres en la vida.

En un momento dado, la forma en que te sientes es casi la forma en que eliges sentirte, y la forma en que reaccionas es la forma en que eliges reaccionar.

Cuando piensas mejor, vives mejor.
Pero, de nuevo, eso es mucho más fácil decirlo que hacerlo a veces.
Pensar mejor requiere orientación y práctica.


1 comentario:

  1. Y tal vez no se trate de tener siempre el control, tal vez ayude a aprender a navegar por el descontrol, por el caos que mencionas, sin perder la cordura.
    Me gusta lo que dices, y además de ser conscientes de nuestros pensamientos, añadiría también ser conscientes de las emociones que nos toman, sin juzgarlas, sólo estando atentos a qué pensamientos nos traen éstas, qué mensaje nos traen y cómo podemos movernos a otra que nos resulte más grata y útil.

    Ay, paro ya, que estos temas me tiran de la lengua más de lo necesario

    Besos

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