sábado, 6 de febrero de 2021

Recordatorios

 

 

Decir "no". Hablar, decir la verdad o  cambiar de opinión. Darle prioridad a nuestras necesidades, aprender de nuestros errores (aprender de los ajenos sería la caña), aceptar nuestras imperfecciones.

Hacemos las cosas mal incluso cuando sabemos hacerlos bien.

Porque nuestra mente (¿nuestro cerebro?) tiene debilidades, se vuelve olvidadizo e insensible cuando está estresado. Y para vencer estas debilidades hay que entrenarse.

¡Cualquier  momento es bueno!

¿Y cómo se hace?

Pues no lo se.

Pero tal vez mantener los pensamientos correctos en la parte de tu mente que permita que  estén disponibles en esos días en lo que inevitablemente los necesitas. Eso  puede significa hacer una pausa con frecuencia y reflexionar sobre precisamente lo que debemos recordar.

Coleccionar citas y notas, y colocarlas en algún lugar donde puedas verlas. Luego, cada vez que te sientas estresado, abrumado o confundido sobre el siguiente paso, hacer una pausa de un minuto y leerlos en silencio. Hacer esto puede cambiar gradualmente la forma de pensar.

No se  puede controlar cómo se comportan los demás. No se puede controlar todo lo que pasa. Se puede controlar cómo responder a todo. En tu respuesta está tu poder.

El obstáculo más grande y complejo que jamás habrá que superar es la propia mente. Uno no es responsable de todo lo que sucede en la vida, pero es responsable de deshacer los patrones de pensamiento autodestructivos que los resultados indeseables crean.

El objetivo es cambiar la respuesta a lo que no se puede controlar. Crecer tan fuerte en el interior que nada en el exterior pueda afectar el bienestar interior sin su permiso consciente.

Cuanto más viejo mas pellejo, no, más tranquilo y concentrado se vuelve uno. La vida humilla e ilumina gradualmente a medida que envejece. Se da uno cuenta de en cuántas tonterías ha perdido el tiempo. Y se da cuenta de lo precioso que es el día de hoy.

Hay que entrenar la mente para ver qué es lo correcto. La positividad es una opción. La paz y la felicidad de la vida dependen en gran medida de la calidad de los pensamientos actuales.

Las luchas le están ayudando a crecer de maneras que no se puede imaginar. Puede ser difícil de ver en este momento, pero un día mirará hacia atrás y se dará cuenta de que las cosas tenían que pasar de la manera en que lo hicieron para llegar a donde está. Confíemos en que los desafíos actuales serán responsables del crecimiento futuro.

La paz no significa estar en un espacio donde no haya caos, problemas o realidades difíciles de tratar. La paz significa estar en medio de todas esas cosas y permanecer mental, emocional y físicamente centrado. (Ni decirlo es fácil)

Si se espera hasta que estar 100% listo, se estará esperando toda la vida. Algunas personas esperan todo el día a las 5 de la tarde, toda la semana para el viernes, todo el año para los festivos... toda su vida por la felicidad.

Ser paciente hoy, no es quedarse ahí sentado. La paciencia en la vida no se trata de esperar, es la capacidad de mantener una buena actitud mientras se trabaja duro por lo que uno cree.

A medida que se lucha por seguir  hacia adelante en los próximos días y semanas, recordemos que es mucho mejor estar agotado de mucho esfuerzo, aprendizaje y crecimiento, que estar cansado de no hacer absolutamente nada.

Nuestro carácter es más evidente en nuestros altibajos. Sea humilde en las cimas de las montañas, fuerte en los valles, y fiel en el medio. Y en días particularmente duros en los que sienta que no puede aguantar, recuerde que su historial para pasar por días difíciles ha sido de un 100% de éxito hasta ahora.

Dentro de diez años no importará qué zapatos haya usado hoy, cómo llevaba el pelo o qué marca de ropa usaba. Lo que importará es cómo vivió, como amó y lo que aprendió en el camino.

Si tiene la capacidad de hacer feliz a alguien hoy, hágalo. El mundo necesita desesperadamente más de eso en este momento.

Ser humilde, buscar amistades con personas que no tienen nuestra edad, pasar tiempo con personas que no vienen de la misma clase social ni tienen nuestro mismo idioma. Así se aprende y se  crece. Así es como se ve el mundo.

 Siempre se es demasiado para alguien, demasiado sensible, demasiado grande, demasiado ruidoso... demasiado nervioso. Y si se  redondean los bordes para hacerlos felices, se pierde ventaja. Se piden disculpas por los errores, por ser humano. Pero no se disculpa uno  por ser quien es.

Nunca encontrará su valor en otro ser humano, lo encontrará en si mismo. Acepte y reconozca su propio valor, deje de esperar a que otros le digan lo importante que es. Dígaselo a sí mismo. Y créaselo.

Docenas de veces a lo largo de la vida, superará lo que pensó que no podía vivir sin él. La vida nos llevará por caminos duros pero necesarios que nunca hubiéramos viajado por elección. Sin miedo, con fe, con confianza en el viaje.

Nunca es demasiado tarde. Estamos exactamente donde necesitamos estar. Cada paso es necesario. Sin juzgar ni reprenderse por cuánto tiempo lleva el viaje. Todos necesitamos nuestro propio tiempo para recorrer nuestra propia distancia.

Felicitemonos por nuestra resiliencia y por lo lejos que hemos  llegado.

También se pueden usar otros medios para recordar, como imágenes. Cualquier cosa que en esos momentos en los que es más probable que nos rindamos a impulsos que nos atascan y nos alejan de nuestras mejores intenciones nos ayude a interrumpirlos y centrarnos,  nos sirve.



Siempre hay algo que recordar y yo recuerdo que no es bueno que la cerveza se caliente. ¡Salud!


2 comentarios:

  1. Una de mis virtudes es que soy capaz de aprender de errores ajenos.

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    1. "Es mas listo quien escarmienta en cabeza ajena", uno de los muchos consejos de mi difunto padre que no he sido capaz de seguir.

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