“Por la mañana no se plancha y por la tarde no se limpia”.Este es uno de tantos dichos apócrifos que me gustaría recopilar algún día. Y digo que es apócrifo debido a la dudosa autenticidad de la autoría, me suena haberlo oído o lo he formulado yo apoyándome en cosas que he oído, no lo sé.
Hay quien dice que la definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes. Esto lo he oído o leído por ahí, debe ser serio. Si sigues haciendo lo que estás haciendo, seguirás obteniendo lo que estás obteniendo. A menudo, lo importante no son las habilidades superiores de uno, sino el coraje que uno tiene para apostar por sus ideas, tomar riesgos calculados y dar pasos firmes hacia adelante.
Una meta es logro que requiere esfuerzo y sacrificio. No hay metas en las que valga la pena participar que no requieran cierto nivel de esfuerzo y sacrificio. Dentro de décadas, cuando se empieza ser viejo, uno aprecia los momentos en los que supera sus dificultades y conquista desafíos de gran magnitud.
Así que no hay que limitarse a hacer lo que es fácil, nada es fácil al menos para mí, hay que hacer lo que uno es capaz de hacer, dejarse sorprender por las propias habilidades. Lo de que es mucho mejor estar agotado por pequeños esfuerzos y aprendizajes que estar cansado de no hacer absolutamente nada es algo que está en algún rincón de mis neuronas, entre una tanga de Marlene Morreau y un pantocrátor en un mosaico bizantino. El esfuerzo nunca se desperdicia, incluso cuando conduce a resultados decepcionantes, porque siempre te hace más fuerte y más experimentado a largo plazo.
Uno no suele ser responsable de todo lo que le sucedió, pero si de deshacer los patrones de pensamiento y comportamiento que estos resultados crearon dentro de uno.
Una combinación de propias decisiones y factores externos sobre los que no se tenía control nos llevaron a dónde estamos hoy. Culpar negativamente a otra persona, o a alguna circunstancia pasada, no cambiará nada. Asumir positivamente toda la responsabilidad del siguiente paso puede cambiarlo todo, mejor dejar atrás el pasado inmutable mientras uno se entrega diligentemente al momento presente.
Pensar que las cosas que se logran con esfuerzo tienen más valor es también un patrón de pensamiento, un "dicho apócrifo", un mandato que hemos aprendido tal vez de la cultura en que estamos inmersos. Creo que es bueno identificar cuáles son esas máximas que rigen nuestros patrones y desafiarlos. Tal vez haya cosas que hacemos desde nuestros dones, y que por lo tanto nos resulten más fáciles, y tengan mucho valor; sobre todo para quienes no comparten nuestros dones. El trabajo consiste, en mi opinión, en impedir que esos patrones nos impidan intentar lo que deseamos hacer.
ResponderEliminarNo conocía ese dicho de no planchar por la mañana ni limpiar por la tarde
Beso
No puedo estar mas de acuerdo, todos los mensajes que recibimos de pequeños deben ser revisados para comprobar su validez, hacerse adulto le llaman, creo.
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