Y de otras hierbas que no se comen los conejos porque no las conocen. (De las Capibaras no digo nada que parecen estar de moda) lo de que los mitos sirven para explicar las cosas que no sabemos explicar lo sabe todo el mundo, los mitos se mezclan entre sí, forman mitologías que no son más que conjunto de estas historias que se agrupan para dar respuesta a las inquietudes humanas; para esto utilizan personajes, seres, fantásticos, dioses, titanes, gigantes, semidioses etc. etc. Ahora tocaba un alarde de erudición hablando de mitologías como la griega, la nórdica o la egipcia por poner algunos ejemplos y otras menos imponentes, pero no menos importantes, como la asturiana, gallega o valenciana, pero tengo el tema poco trabajado y mi legendaria pereza me impide ponerme a investigarlo. (Mi legendaria pereza y un montón de faena pendiente).
Y aprovecho esto de legendaria para sumergirme en la explicación de las leyendas, que son relatos basados en hechos reales, históricos, con personajes reales y algunos hechos magnificados, alguna gesta exagerada que cuentan sucedidos en los que se mezclan realidad y fantasía. Así que cuando digo que estas fallas van a ser épicas, homéricas, legendarias, no solo le hago un guiño a un clásico de John Ford sobre un boxeador medio irlandés medio americano, que regresa a su lugar de origen en busca de paz, también exagero un poco.
El café expresso, la prensa en papel, los hombres svisten por los pies, lo niños con los niños y las niñas con las niñas, no me pega pero empiezo a estar harto de algunos convencionalismos.
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