MARCHA ATRÁS

Los coches tienen marcha atrás, basta con pisar el embrague y mover la palanca a la posición indicada (”posición de reculeo” como rezaba el manual de un viejo Skoda en una encantadora traducción cubana de antes de la caída del muro). Pero en las relaciones no es tan sencillo, en las relaciones de pareja, sentimentales o como se diga, no es habitual la marcha atrás.

Lo he visto varias veces, no sé si es por lo específicas que son las relaciones sentimentales o porque no hay nada mas inevitable que el conocimiento (la muerte, vale, pero sigamos que se me va el hilo y no me he traído las gafas).

Recientemente he visto el caso de un amigo, se ha separado y claro, empieza a salir y coincide con una amiga soltera (novatos ¡Aysss!) y será la luna llena o será el maldito cariñena que acaba habiendo roce sexual, fornicio, sudores, gimnasia íntima etc. Esto les lleva a una fase de renovación de la amistad, salidas en grupo y a solas e intercambio frecuente de fluidos orgánicos, fantasías y jadeos, sin institucionalización alguna, como por libre. Había que verlo, estaba “feliz con iberia” (probablemente porque follaba más que Nacho Vida en pleno rodaje, que estos enganches tienen esas cosas), eran amigos, se acostaban, What else?

Pues si, que él, empieza a comerse el tarro (si es que estos novatos no escuchan ¡ayss!) y en un arrebato romántico (típico femenino por cierto) va y le propone a ella que quiere que sean “algo más”. (¿Algo más? ¿Tienes lo mejor y quieres algo más? ¿Tú estás tonto o qué?) Y ella, que estaba así feliz como una perdiz, que había que verla, si hasta había adelgazado y se le habían quitado las arrugas y las canas, (con sonrisilla tonta diaria ¿sabéis?), ante tal proposición dice que bueno, que ni sí ni no, que si me gustas mucho solo que yo ya si eso….pero claro, él es un tío genial y un gran partido, ella es humana y al final se deja, consiente. (Este “dejarse” de las mujeres merece un estudio detenido, y unos palos, que haré algún día, el estudio no los palos)

Empiezan a salir, “ya estamos saliendo” dicen, de una forma más convencional, mas institucionalizada. Pero, como casi todo lo que se empieza no muy convencido, al poco tiempo ella se da cuenta de que no, que no es eso lo que quiere y le dice que lo deja. (Que te quiero mucho, que eres un tío genial, que no eres tu soy yo, que me haces muy feliz pero el momento vital y bla bla bla…) Aquí es cuando el, apenas saliendo de su asombro, busca la palanca de reculeo ¿No podemos volver a ser amigos e intercambiar fluidos y orgasmos y ya está?

Pues no, no hay marcha atrás muchachote, en esto no y no es cosa de sexos, en esto hay pocas diferencias. Podréis volver a ser amigos (con el tiempo) o a machacaros el coxis a empujones (ya te gustaría, pero no lo veo claro, en eso son imprevisibles las muy jodias), pero las dos cosas a la vez no, no hay marcha atrás. Ahora te das cuenta de que eso que tenias la felicidad o algo muy parecido, pues nada, no hay marcha atrás, la vida las mujeres no se, todo es así de cruel.

No me gustó decirle esto, es lo que pienso pero seguro que hay otras percepciones, otras experiencias, otras opiniones. ¿Alguien me ayuda?

 

Sauvignon blanc bien frio y algunas de mis osadías pasteleras, para cambiar de marcha.