jueves, 13 de abril de 2023

LECCIONES.. (O ALGO ASÍ)

 

Las cosas son como son, no como nos gustan ni como nos decimos que son, ni como las vemos. (¿Aceptación? No sé, si se que se ven las situaciones mejor desde fuera que desde dentro, a mí también me pasa…).

 Una de las razones más habituales en nuestro sufrimiento en un día normal es nuestra resistencia a la verdad. A veces es brutalmente difícil aceptar las cosas como son, y sin embargo debemos hacerlo. Porque de no hacerlo nos estaremos engañando, y nadie quiere vivir engañado, incluso en los momentos más difíciles.

Todos somos limitados y todo en la vida es limitado.

No puedes leer todos los libros que quieres leer; no puedes entrenarte en todas las habilidades que quieres tener; no puedes ser todas las cosas que quieres ser ni vivir todas las vidas que quieres vivir. Lo de palmear todos los culos, besar todos los labios y acariciar todas las pieles vamos a dejarlo. No puedes pasar todo el tiempo que quieras con las personas que amas. Estás increíblemente limitado, como todos los demás.

En el juego de la vida, todos recibimos un conjunto de limitaciones y variables inesperadas. La pregunta es: ¿Cómo jugar con la mano que te han dado? Puedes concentrarte en lo que te falta  o empoderarte para jugar el juego con sensatez e ingenio.

Al final, lo que más importa es centrarse en lo que más importa.

Tomemos un momento y revisemos la noción de estar limitado por la realidad de no poder pasar todo el tiempo que quieras con alguien que amas. Cuando alguien que amas fallece demasiado pronto, esa es sin duda una de las limitaciones más desgarradoras con las que lidiar, y los principios generales para hacer frente a este tipo de limitación trágica también son universalmente aplicables a situaciones menos severas...

Imagina que una persona que le dio sentido a tu vida de repente ya no está en tu vida (al menos no en la carne), y tú no eres la misma persona. Tienes que cambiar quién eres: ahora eres un mejor amigo que se sienta solo, una viuda en lugar de una esposa, un padre sin hijo o un vecino de al lado de alguien nuevo. Quieres que la vida sea como era, antes de la muerte, pero no es posible.

A ver, la muerte es un final, es una parte necesaria de la vida. Y los finales también son necesarios; de lo contrario, es imposible apreciar a alguien o algo. Los límites iluminan y la muerte es el límite definitivo, un recordatorio de que debes ser consciente de esta persona o situación, y apreciar esta cosa llamada vida.

No importa lo duro que trabajes, no se puede tener todo.

Eventualmente, la mayoría de nosotros terminamos estableciéndonos en alguna parte de nuestra vida. Dejamos ir ciertos ideales y sueños, nos comprometemos y hacemos concesiones. Poco a poco aprendemos que no podemos tener todo lo que queremos, porque no todos los resultados en la vida pueden ser perfectamente controlados. Pero si prestamos mucha atención, también aprendemos que podemos sacar lo mejor de cada momento, y aún así obtener mucho de lo que queremos en la vida, si administramos nuestro tiempo, energía y actitud adecuadamente.

Y estas realizaciones conducen a una pregunta interesante:¿Cuándo debe uno conformarse o comprometerse, y cuándo debe continuar luchando duro por lo que idealmente desea lograr?

No hay una respuesta única para esta pregunta, pero cuando te encuentras con una situación que te obliga a elegir entre el compromiso y luchar contra la oposición, también puede ser útil preguntarte: "¿Realmente necesito esto, o simplemente lo quiero?" Ser capaz de distinguir las necesidades de los deseos es esencial en todos los ámbitos de la vida. No dejes ir un resultado que realmente necesitas en tu vida, pero se razonablemente flexible en los resultados que deseas pero sin los cuales podrías vivir bien.

En otras palabras, elige tus batallas sabiamente, (lee a Sun Tzu o a Maquiavelo) y no dejes que lo "perfecto" se convierta en el enemigo de "grande". Recuérdate a ti mismo que aquello a lo que prestas atención crece.  (The grass is greener…)Así que concéntrate en lo que realmente importa y deja ir lo que no importa.

No renuncies al 50% de tu vida trabajando 50 horas a la semana en un trabajo diario que te hace absolutamente miserable. No abandones tu cordura por las razones equivocadas. No descuides las metas y los sueños de toda la vida que han resistido las pruebas del tiempo, y aún así traen un significado increíble a tu vida.

Si realmente necesitas algo, ¡lucha duro por ello!

Pero para todo lo demás, déjalo ir un poco. Afloja, haz concesiones... acomoda.

Un buen café es necesario, una taza carísima es contingente.


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